Te proponemos una navidad más ecológica y solidaria
Durante todo el año, y especialmente en fechas señaladas como las fiestas navideñas, los ciudadanos y ciudadanas se lanzan a las calles a comprar, atendiendo a los mensajes lanzados por unas campañas publicitarias que comienzan con más de un mes de antelación del inicio de las fiestas.
Pero este consumismo sin sentido promueve un modelo insostenible ambiental y socialmente. Ambientalmente porque si el modelo de consumo de los países del norte se extendiera por todo el mundo, serían necesarios 3 planetas (con sus materias primas, fuentes energéticas...) para atender la demanda. Y socialmente porque sólo un 12% de la gente que vive en Norteamérica y Europa occidental es responsable del 60% de ese consumo, mientras que los que viven en el sudeste asiático o en el África subsahariana representan sólo un 3,2%.
Por eso Ecologistas en Acción quiere proponer una serie de alternativas para celebrar estas fiestas de un modo más sostenible, sin olvidar que el mensaje principal que la asociación ecologista quiere poner de manifiesto es que es imprescindible una reducción en el consumo si se quiere poner freno al deterioro ambiental y social.
Consejos antes de comprar un regalo
Antes de comprar un regalo, reflexiona...- Lo primero que hay que hacer antes de comprar algo es reflexionar sobre si realmente se necesita.
- Una vez que se ha decidido adquirir el producto, es muy importante intentar averiguar cómo ha sido fabricado, si en su proceso de producción se ha perjudicado al medio ambiente o a algún ser humano.
- También hay que pensar cómo repercute su utilización en el medio ambiente.
- Es importante tener en cuenta que siempre va a ser más sostenible comprar aquello que hayan sido producido lo más localmente posible.
Ya nadie duda de que el uso energético está produciendo graves problemas ambientales. Se puede ahorrar energía poniendo en práctica los siguientes consejos:
- Reducir al máximo la utilización del coche y usar el transporte colectivo (el coche se utiliza, en la mayoría de los casos, para trayectos que se podrían realizar a pie en menos de tres cuartos de hora).
- Reducir la compra de productos superfluos e innecesarios, pues para su fabricación hace falta energía.
- Conectar los aparatos a la red en vez de que usar pilas.
- Desconectar los aparatos eléctricos cuando no estén funcionando.
- Utilizar electrodomésticos eficientes y prescindir de aquellos que sean innecesarios (para abrir una lata o cepillarse los dientes no hace falta un aparato eléctrico).
- La temperatura de la vivienda debe mantenerse acorde con la época del año (no es necesario llevar un jersey en verano y manga corta en invierno).
- Usar bombillas de bajo consumo.
- Consumir productos locales es otra manera de ahorrar energía, toda aquella que se emplea en su traslado.
Los envases y embalajes son un problema serio para el medio ambiente. Un 40% de la basura doméstica son residuos orgánicos, del resto, un 80% lo constituyen envases. Este porcentaje crece sin cesar y se dispara en Navidad. Para fabricarlos se destruyen recursos naturales, se contamina el agua y la atmósfera. Tanto en su fabricación como en su reciclaje se consumen grandes cantidades de energía y cuando se convierten en residuos tienen un notable impacto ambiental, tanto si se depositan en vertederos como, sobre todo, si se incineran.
Mientras que el resto del año cada persona genera un kilo y medio de basuras al día (hace 30 años no se llegaba ni a medio kilo), en estas fechas son dos kilos; y la mitad son envoltorios y embalajes.
Se puede reducir la cantidad de residuos generados poniendo en práctica los siguientes consejos:
- Cada vez que se compre algo es importante pensar cuántos residuos genera aquello que consumimos.
- Evitar los productos de “usar y tirar”.
- Rechazar las bolsas de plástico que dan en los comercios y llevar bolsas de tela o el clásico carrito de la compra.
- Hacer un ejercicio de imaginación, muchas de las cosas que se tiran a la basura se pueden reparar, reutilizar o reciclar.
- Evitar las latas, y rechazar los alimentos con muchos envases. Las fiambreras o los tarros de cristal son una alternativa mucho más saludable y ecológica para guardar los alimentos que tapándolos con plástico o aluminio.
- Comprar el contenido y no el envase. Muchas veces se paga más por los envoltorios que se tiran directamente a la basura que por el contenido.
- Elegir productos con envases retornables o reutilizables.
- Evitar utilizar productos de limpieza que se han venido utilizando tradicionalmente, como la lejía o el amoniaco, que aparte de producir residuos tóxicos son perjudiciales para la salud. El jabón, el vinagre o el limón son alternativas más ecológicas e igual de eficaces en la limpieza.
- Al recibir regalos, no tirar el papel, se puede guardar para otras ocasiones.
- En Navidad se reciben muchas tarjetas de felicitación, en vez de tirarlas se pueden reutilizar.
- Reciclar un regalo que ya se tenga en casa.
El agua limpia es un recurso cada vez más escaso y, a pesar de que es esencial para la vida, se malgasta, derrocha y contamina a un ritmo vertiginoso. A continuación se proponen una serie de consejos para ahorrar agua:
- Colocar dispositivos de ahorro de agua en los grifos.
- Meter botellas en las cisternas de modo que al tirar de la cadena el volumen de agua que salga sea menor.
- Disminuir el consumo lo máximo posible (ducharse en vez de bañarse, cerrar el grifo cuando no sea necesario, recoger el agua fría que sale de la ducha hasta que se pone caliente...)
- No jugar a deportes que contribuyan al despilfarro de agua, como el golf.
Cuando cada año se incrementa el número de personas desnutridas en cuatro millones (según la FAO), en estas fechas se tiran hasta un 40% de los alimentos producidos, debido a descartes por exigencias estéticas del mercado, los fallos en la distribución de tan grandes volúmenes, etcétera. Por eso es importante tener en cuenta los siguientes consejos:
- Preparar la comida que se vaya a consumir, y guardar la que sobre para otra ocasión.
- Recuperar la cocina tradicional, y cuidar la alimentación evitando la comida basura o precocinada, que implica más envasado y consumo de energía.
- Consumir productos frescos y de temporada o menos elaborados. Resultan más ecológicos, más sabrosos y más saludables.
- Consumir productos que se hayan producido lo más localmente posible.
- No consumir algunos alimentos intrínsecamente ligados a la navidad, como los langostinos, porque están siendo criados en muchos casos en los humedales costeros tropicales, produciendo graves daños para las economías locales y para la biodiversidad.
Unos regalos navideños diferentes
En Navidad, los mensajes publicitarios van empapados se sentimientos entrañables en defensa de valores familiares y de elogio de la solidaridad. Sin embargo, la canalización de todos estos sentimientos va siempre encaminada a la consecución de un claro objetivo: incrementar las ventas bajo un asumido despilfarro navideño, sin tener en cuenta sus repercusiones sociales y ambientales.Por ello proponemos que en vez de dedicar tiempo a estar en interminables colas en centros comerciales, se dedique ese tiempo a pensar en unos regalos diferentes. Y que se sea crítico con la publicidad y no creamos ciegamente los sueños que nos vende.
Echar la vista atrás para ver que, no hace tanto tiempo, éramos felices celebrando la navidad de otro modo, puede ayudar a ver que hay otros modelos diferentes al consumo desenfrenado.
En los juguetes
El bombardeo publicitario que empieza más de un mes antes de que llegue la navidad no olvida a los más pequeños de la casa, y crea para ellos un montón de anuncios de juguetes. Según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) en estas fechas se compran el 75% de los juguetes que se venden cada año.
Muchos padres y madres, sometidos a la presión de sus hijos e hijas, acaban por convencerse de que para demostrar lo mucho que les quieren les tienen que comprar más regalos, y terminan sometiéndose a la dictadura de la publicidad olvidando alternativas de consumo más justas social y ambientalmente. Aquí mostramos algunas de ellas:
- Buscar juguetes de artesanía local.
- No comprar juguetes sobre embalados.
- Asegurar que son juguetes no sexistas ni bélicos.
- Buscar aquellos que estimulen la creatividad.
- No comprar juguetes que usen pilas.
- Asegurar que son adecuados a cada tipo de edad.
- Mirar que sean de materiales naturales y biodegradables.
- Asegurar que se esté pagando el producto, y no su publicidad.
- Además, lo más importante es que es posible jugar sin juguetes.
Los abetos y otras pináceas se han convertido en un objeto de consumo de usar y tirar, que va del monte o el vivero al vertedero después de pasar la navidad en una casa. Llama la atención que haya viveros dedicados exclusivamente a la producción de árboles que van a la basura (alrededor de 2.000.000 al año), en un país erosionado y con graves riesgos de desertificación.
Otros adornos navideños suponen también enormes impactos. La utilización ornamental de los acebos en Navidad ha conducido a que se encuentren en grave peligro de desaparición, con los graves daños que esto supone para el ecosistema en el que se desarrollan. Esto mismo ocurre con los musgos, que se utilizan como adorno en belenes.
Por último, la fiebre consumista ha llegado a otras especies vegetales, como los ruscos o el muérdago, que están siendo recolectadas de forma insostenible.
Dónde comprar
A veces pensamos que los únicos lugares donde se puede comprar son las grandes superficies, sin embargo este modelo es muy costoso ambiental y socialmente (para profundizar)Por eso proponemos una serie de alternativas:
- Comprar en tiendas del barrio y en los mercados tradicionales.
- Comprar productos de agricultura ecológica. Estos productos, además de ser más sanos, son ambientalmente sostenibles, ya que en su producción no se utilizan pesticidas ni fertilizantes artificiales.
- Comprar en tiendas de comercio justo. En ellas se pueden obtener productos con garantías de que han sido producidos de manera ecológica y que se ha pagado un sueldo digno a los productores.
- Formar parte de cooperativas de consumidores. En ellas los consumidores se ponen en contacto directo con los productores, eliminando de este modo los intermediarios. Todo lo que se consume es de agricultura ecológica.
- Participar en cooperativas de trueque. Ecologistas en Acción quiere hacer un llamamiento para recuperar la creatividad a la hora de celebrar estas fiestas, una creatividad que nos ayude, en definitiva, a no pasar la navidad persiguiendo los inalcanzables sueños que proponen los anuncios, sino que nos muestre un camino más certero de conseguir nuestros deseos, y que tenga como punto de partida una forma de celebración más justa social y ambientalmente.
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