miércoles, 5 de marzo de 2014

Stuttgart y sus autobuses de pila de combustible

Stuttgart, va a volver a probar por sus calles autobuses de pila de combustible de hidrogeno. Durante 2003 y 2005, ya estuvieron circulando por las calles de esta ciudad europea.

Actualmente, el autobús eléctrico de pila de combustible, es un autobús hibrido, es un modelo Citaro FuelCell de Mercedes-Benz al que se le ha instalado en el techo no solo la pila de combustible, sino también una batería de iones de litio.

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Stuttgart: probando de nuevo los autobuses 


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No es la primera vez que la Stuttgarter Straßenbahnen, la Compañía de Tranvías de la ciudad alemana de Stuttgart, la SSB, decide hacer pruebas con autobuses con tecnología de pila de hidrógeno, ya entre los años 2003 a 2005 realizó pruebas con este tipo de vehículos.
La experiencia en su día no fue mala, todo lo contrario. Lo único es que en aquella época el beneficio económico no era favorable. Sin embargo hoy en día, y dotando a los mismos autobuses con una tecnología hibrida, usando motores eléctricos en rueda y baterías para acumular la energía procedente de la pila de hidrógeno, el autobús si puede resultar rentable.
A través de un proyecto, con una duración de tres años y un presupuesto de 1,8 millones de euros financiados por el Gobierno Federal, de los cuales la SSB aporta el 50%, se intentará lograr las mejoras económicas y tecnológicas necesarias para al final de esta década conseguir unos autobuses efectivos y con costes de adquisición no muy distantes de los aproximadamente 250.000 euros que cuesta un autobús diesel convencional.
Este prototipo híbrido, puesto en funcionamiento en Stuttgart, es un modelo Citaro FuelCell de Mercedes-Benz al que se le ha instalado en el techo no solo la pila de combustible, sino también una batería de iones de litio, que se alimenta de la energía que recupera de los motores eléctricos situados en los cubos de las ruedas del eje trasero durante las frenadas, de forma que así se mejora la eficiencia de todo el conjunto.
Los pasajeros en el interior del autobús podrán seguir de una forma gráfica, a través de una pantalla, el flujo de energía y saber en todo momento de donde procede o a donde va esta. Se muestra si la energía para avanzar procede de la batería o de la pila de combustible y en los momentos de frenada se observa como la energía fluye desde las ruedas de nuevo hacia la batería.

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Comparada con la primera generación de autobuses, que fue probada hace ya 10 años en esta misma ciudad, estos vehículos son más ligeros, gracias a distintos materiales utilizados y a la reducción del número de tanques de hidrógeno situados en el techo. El consumo de hidrógeno también se ha conseguido bajar de forma considerable desde los 22 kg hasta los 10 kg actuales por cada 100 km recorridos, lo cual ha permitido elevar la autonomía de este autobús hasta los 350 km, valor más que suficiente para la realización de rutas urbanas.
Vía | CEP

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