lunes, 30 de junio de 2014

Hidrógeno a presión, liquido... ¿Amoníaco?

Se especula que, tras la desaparición de los combustibles fósiles (que siempre decimos que será pronto y de repente se encuentran nuevos depósitos de petróleo en lugares inesperados…), una de las alternativas para poder seguir utilizando automóviles, a parte de la conocida electricidad, sería el hidrógeno. Sin embargo, esta forma de energía tiene algunos problemas de seguridad y almacenamiento, cosa que lo hacen incómodo de manejar y también poco seguro respecto a los combustibles actuales o a la misma electricidad. Pero puede que eso se vaya a solucionar pronto, gracias al amoniaco.


Fuente:
http://www.omicrono.com/2014/06/el-2015-sera-el-ano-del-hidrogeno-un-combustible-ahora-mas-ecologico-y-viable/


Aunque se espera que la empresa Toyota tenga listas para el próximo año 2015 sus propias pilas de combustible a base de hidrógeno, la verdad es que esto tiene aún algunas desventajas. Es un gas, y hay que conseguir su descomposición para lograr la energía que impulsará a las máquinas que hagan uso de él. Por ello, el Consejo de Investigación de Ciencia y Tecnología de Reino Unido (STFC) se ha puesto manos a la obra, descubriendo que si se usara amoniaco (más seguro, y menos volátil que el hidrógeno en solitario) como método de almacenamiento y transporte, el uso de hidrógeno sería mucho más cómodo y respetable con el medio ambiente.



El amoníaco es capaz de descomponerse en una parte de nitrógeno y tres de hidrógeno. Normalmente serían necesarios catalizadores en forma de metales preciosos costosos, pero en la nueva investigación se usan dos procesos químicos al mismo tiempo, ofreciendo los mismos resultados de forma mucho más cómoda y barata.

Además, el amoníaco se puede almacenar a baja presión en tanques de plástico, mientras que cualquier otro tipo de almacenamiento tendría como consecuencia la liberación de gases NOx, muy tóxicos para el medio ambiente y conocidos por ser subproductos del cracking.

Finalmente, los investigadores afirman que si optimizan suficientemente el proceso, un reactor de descomposición de amoniaco del tamaño de una botella de dos litros sería suficiente para proporcionar energía a un coche familiar de gama media. No está nada mal, ¿no?

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